Efectos secundarios de las vacunas en perros y gatos
Vacunas para perros y gatos
En las últimas décadas, ha aumentado la disponibilidad de vacunas para perros y gatos. Si bien la vacunación contra ciertos virus esenciales es fundamental, la administración frecuente de demasiadas vacunas puede provocar enfermedades crónicas e incluso cáncer en algunas mascotas sensibles.
Muchos veterinarios vacunan a cachorros y gatitos cada 1-2 semanas, cuando su sistema inmunitario aún en desarrollo no puede soportar la sobrecarga de componentes virales. Si bien los cachorros y gatitos expuestos con tanta frecuencia a los antígenos de las vacunas pueden no presentar efectos adversos evidentes, su sistema inmunitario, relativamente inmaduro, puede sufrir daños temporales o permanentes. Al desarrollar programas de vacunación para perros y gatos, se prefiere un enfoque individualizado que priorice la dosis mínima.
Datos clave sobre los efectos secundarios de las vacunas en las mascotas
- La vacunación contra ciertas enfermedades infecciosas básicas es importante, pero demasiadas vacunas administradas con demasiada frecuencia pueden provocar el desarrollo de cáncer u otras enfermedades crónicas.
- Tras vacunar a los cachorros y gatitos a las 16 semanas de edad, la inmunidad a los virus principales, parvovirus y moquillo, puede durar varios años o incluso toda la vida de su mascota.
- En mascotas adultas y mayores, puede ser mejor medir los títulos de anticuerpos de la vacunación como una opción más saludable en lugar de vacunar innecesariamente.
- Si su mascota sufre alguna enfermedad aguda o crónica después de la vacunación, lo mejor es consultar con un veterinario especializado en el reconocimiento y tratamiento de estas enfermedades.
Medicamentos recomendados para tratar los efectos secundarios de las vacunas en mascotas

¿Qué vacunas necesitan los perros y los gatos?
El moquillo y el parvovirus son los dos virus principales contra los que la mayoría de los perros necesitan vacunarse. La vacuna combinada contra el parvovirus y el moquillo, administrada a las ocho, doce y dieciséis semanas de edad, debería proporcionar inmunidad protectora a largo plazo a la mayoría de los cachorros. Otras vacunas, como las de adenovirus, coronavirus, bordetella, gripe, giardia y leptospirosis, generalmente no son necesarias.
Para los gatos, la vacuna principal necesaria es la de la panleucopenia felina. Las vacunas inyectables contra la rinotraqueítis felina y el calicivirus felino no son tan efectivas como la de la panleucopenia felina. La vacuna triple contra la panleucopenia, la rinotraqueítis y el calicivirus, administrada a las ocho, doce y dieciséis semanas, debería proporcionar inmunidad protectora a largo plazo a la mayoría de los gatitos.
Debido al riesgo para la salud humana y a los requisitos legales, todas las mascotas deben vacunarse contra la rabia después de los cuatro meses de edad. Se administran refuerzos de la vacuna antirrábica cuando la mascota cumple un año y, posteriormente, cada tres años, según lo exige la ley en la mayoría de los estados. Las mascotas con enfermedades crónicas y cáncer pueden, en ocasiones, estar exentas de la vacunación antirrábica por razones médicas, ya que en esos casos el riesgo de la vacunación puede ser mayor que los beneficios.
Títulos de vacunación (análisis de sangre) como alternativa a las vacunas
La titulación de anticuerpos es un análisis de sangre que los veterinarios pueden realizar en lugar de vacunar rutinariamente a las mascotas. Esta prueba mide los niveles de anticuerpos en sangre y permite determinar si se necesitan vacunas adicionales contra los virus principales. En la mayoría de los casos, las mascotas vacunadas adecuadamente durante su etapa de cachorros o gatitos suelen tener una alta protección de anticuerpos contra estos virus y no requieren más vacunación. Si la titulación de anticuerpos es baja, se pueden considerar dosis de refuerzo, según el estilo de vida, la salud y la edad de la mascota. Otra opción para los dueños de mascotas es el uso de remedios homeopáticos conocidos como nosodes, elaborados con extractos diluidos de mascotas que padecen una enfermedad infecciosa. Administrar nosodes homeopáticos a las mascotas durante o justo antes de una posible exposición a la enfermedad puede brindar protección futura contra virus vivos. Existen nosodes para el moquillo canino, el parvovirus y la bordetella, así como para la panleucopenia felina y el virus de la leucemia felina.
Aunque muchos veterinarios holísticos han utilizado estos nosodes con éxito en la práctica, no existe evidencia concluyente de que prevengan la enfermedad. Los resultados de un estudio clínico controlado sugieren que los nosodes para parvovirus son completamente ineficaces para prevenir la enfermedad parvoviral en condiciones de infección experimental.
Vacunas contra virus no esenciales y leptospirosis o enfermedad de Lyme
Aunque existen vacunas contra enfermedades caninas como la leptospirosis, la enfermedad de Lyme, la bordetella y la influenza, su seguridad y eficacia a largo plazo son cuestionables, por lo que no se recomienda su uso rutinario en la práctica clínica. De hecho, muchos veterinarios holísticos han reportado problemas crónicos de articulaciones, hígado o riñón en perros vacunados contra la enfermedad de Lyme y la leptospirosis. También se han observado problemas de comportamiento, afecciones cutáneas y trastornos tiroideos en perros vacunados repetidamente con vacunas esenciales y no esenciales.
Entre los ejemplos de virus y bacterias no esenciales para los felinos se incluyen el virus de la leucemia felina, el virus de la inmunodeficiencia felina, el virus de la peritonitis infecciosa felina y la clamidia. En la mayoría de los casos, el uso de estas vacunas adicionales no es necesario ni recomendable. Para los gatos que salen al exterior, se recomienda vacunar contra la leucemia felina solo a los gatitos menores de un año, ya que a esta edad pueden ser susceptibles al virus. La mayoría de los gatos adultos sanos desarrollan su propia inmunidad innata tras la exposición al virus de la leucemia felina; por lo tanto, la vacunación no suele ser necesaria.
Considere los títulos de anticuerpos de vacunación para perros y gatos adultos y mayores, y para mascotas sensibles que hayan tenido previamente una reacción como fiebre o hinchazón después de recibir una vacuna.