Tratamiento de los problemas de piel de su caballo
¿Has notado zonas de piel seca y escamosa en tu caballo donde se le cae el pelo? Esto podría deberse a un exceso de humedad, que puede provocar dermatitis por humedad, lesiones cutáneas e infecciones bacterianas. Las enfermedades de la piel también pueden contagiarse de otros animales infectados, moscas o utensilios de aseo. Trasladar a tu caballo a un ambiente más seco y usar un champú antifúngico o un suplemento natural debería solucionar este problema. Sin embargo, si observas enrojecimiento excesivo, ampollas, supuración o hinchazón en la piel de tu caballo, o si muestra signos de dolor al tocar la zona afectada, debes consultar con tu veterinario de inmediato para que diagnostique el problema y, si es necesario, lo trate con antibióticos.
Lava a tu caballo con champú medicado.
Mantener a tu caballo en un ambiente seco o dentro de casa por la noche ayuda a prevenir infecciones bacterianas como la dermatofilosis. A veces, simplemente sacarlo de un ambiente húmedo resuelve el problema de piel por sí solo. Si el problema persiste, bañarlo diariamente con un champú medicado antibacteriano puede ayudar con diversas afecciones cutáneas leves, dermatofilosis, alergias, tiña o picazón causada por picaduras de mosquitos. Después de usar el champú medicado, asegúrate de enjuagarlo bien y secarlo rápidamente, ya que la humedad podría irritar aún más la piel.
Prueba un remedio natural
Si su caballo tiene antecedentes de piel sensible y desea evitar agravar potencialmente su condición, considere usar un suplemento natural.
Utilice repelente de insectos
A veces, el picor y la piel con costras pueden deberse a una alergia de tu caballo a algún elemento de su entorno. La presencia de moscas puede agravar el picor. Repeler los insectos con un producto como Flys-Off en las heridas, abrasiones, llagas y rasguños de tu caballo ayuda a aliviar las molestias.
Si no observa mejoría en un plazo de siete a diez días, o si la condición de la piel de su caballo empeora, podría tratarse de un problema más grave que debería ser tratado por su veterinario.