Soluciones para las infecciones de la piel de tu gato
Las causas de las infecciones cutáneas en gatos son muy variadas. Traumatismos y mordeduras, parásitos externos (como la tiña y la sarna) e infecciones bacterianas derivadas de alergias subyacentes (picaduras de pulgas, alérgenos por inhalación o contacto, alergias alimentarias) pueden provocar infecciones en la piel de los gatos. Las infecciones virales, como el virus de la leucemia felina y el virus de la inmunodeficiencia felina, también pueden predisponer a algunos gatos a infecciones cutáneas secundarias.
Los síntomas de las infecciones cutáneas en gatos pueden incluir pérdida de pelo, costras, descamación, hinchazón, pápulas, pústulas, enrojecimiento y, en algunos casos, supuración. En gatos con mordeduras, las hinchazones localizadas con abscesos pueden ser muy dolorosas, y también pueden presentar pérdida de apetito y fiebre. Si las heridas afectan a las extremidades, pueden cojear en diversos grados. Tanto en casos de mordeduras como de abscesos, lo más recomendable es un examen veterinario completo, ya que muchos gatos con infecciones cutáneas pueden necesitar drenaje quirúrgico y tratamiento con antibióticos para su curación.
heridas abiertas
Cuando los gatos tienen heridas abiertas, suele ser útil limpiarlas con jabones antibacterianos diluidos, como soluciones de yodo o productos de clorhexidina. Se pueden aplicar productos antibacterianos tópicos, como Bactoderm o crema de sulfadiazina de plata al 1%, para prevenir infecciones bacterianas secundarias. También se recomienda proteger las heridas abiertas con un producto como el spray de vendaje líquido Miracle Care para prevenir infecciones posteriores.

Infecciones bacterianas (pioderma)
Las infecciones bacterianas, conocidas como pioderma, son la causa más común de infecciones cutáneas en gatos. Pioderma significa literalmente pus en la piel. Generalmente, la inflamación del folículo piloso provoca zonas de pérdida de pelo, descamación, costras y úlceras. También pueden observarse pápulas y pústulas primarias. Algunos gatos desarrollan lesiones cutáneas importantes, como placas o granulomas, que se presentan como protuberancias elevadas en la piel. Estas suelen ser secundarias a alergias subyacentes (picaduras de pulgas, alérgenos por inhalación o contacto, alergias alimentarias). El tratamiento tópico con champús como Malapet o KetoChlor puede ser útil si se aplica una o dos veces por semana. Los productos antibacterianos tópicos, como Bactoderm, también son eficaces para reducir la proliferación bacteriana.

Infecciones cutáneas (puntos calientes) causadas por pulgas
En muchos gatos pueden aparecer puntos calientes, a menudo como consecuencia de alergias subyacentes a las picaduras de pulgas. Las zonas afectadas suelen incluir la parte baja de la columna lumbar, y el gato puede presentar pérdida de pelo localizada, costras y secreción seca con pus en la piel. Estas zonas pueden ser bastante dolorosas, ya que con frecuencia se desarrollan infecciones bacterianas secundarias. El tratamiento consiste en recortar o afeitar el pelo en las zonas afectadas y aplicar una barrera protectora, como un vendaje líquido. Los antibióticos tópicos también pueden ser útiles. Muchos gatos necesitarán atención veterinaria y requerirán tratamiento con antibióticos sistémicos y, en ocasiones, con antiinflamatorios.
La mejor manera de prevenir las dermatitis alérgicas por picaduras de pulgas en gatos es mediante un programa preventivo exhaustivo contra las pulgas, utilizando productos como Flea5X Plus para gatos, Frontline Plus o Advantage II. Revolution es otro excelente producto que previene tanto las pulgas como los parásitos internos como los gusanos intestinales o los gusanos del corazón.

La clorfeniramina a una dosis de 2 mg dos veces al día a menudo puede ayudar con las alergias de su gato y a reducir la inflamación.