Cómo acondicionar a tu caballo para que esté en forma
Ya sea que estés poniendo a tu caballo en forma en primavera después de un invierno de inactividad, preparándolo para un evento o simplemente tratando de mantener a tu caballo mayor en forma y saludable, las prácticas de acondicionamiento adecuadas pueden acelerar el progreso de tu caballo y al mismo tiempo protegerlo contra lesiones relacionadas con el ejercicio.
Comience evaluando el estado “antes” de su caballo.
Antes de comenzar un programa de acondicionamiento, deberá evaluar el estado actual de su caballo.
¿Cuánto pesa? Usar una cinta métrica para caballos puede ayudarte a estimar y controlar los cambios en su condición corporal. También puedes tomar fotos desde diferentes ángulos para observar los cambios en su físico.
Comprueba la frecuencia cardíaca en reposo de tu caballo. Debe estar entre 30 y 40 latidos por minuto. También conviene controlarla periódicamente durante las sesiones de monta para evaluar su respuesta al ejercicio. Su frecuencia cardíaca oscilará entre 120 y 180 latidos por minuto durante el ejercicio, dependiendo de la intensidad del mismo. Observa también cuánto tarda su frecuencia cardíaca en volver a su nivel de reposo después del ejercicio.
Iniciar un programa de acondicionamiento
No existe un programa de entrenamiento perfecto e ideal que funcione para todos los caballos. Ten en cuenta la edad, la condición corporal y tus objetivos personales. ¿Sigues un calendario, preparándote para una competición? ¿O buscas mejorar la condición física de tu caballo para optimizar su salud a largo plazo?
Las primeras semanas del programa de acondicionamiento de tu caballo deben centrarse en sesiones cortas y suaves que desarrollen su resistencia. Comienza montando en terreno llano durante unos 30 minutos, intercalando 5-10 minutos de ejercicios de calistenia o trote.
Aproximadamente el 20 % de cada sesión debe dedicarse al calentamiento y al enfriamiento. El calentamiento mejora la precisión, la amplitud de movimiento y la velocidad del caballo, además de permitirle prepararse mentalmente para la actividad. El enfriamiento ayuda a eliminar el ácido láctico de los músculos para reducir el dolor y acelerar la recuperación.
Intensificando el ritmo
Tras unas seis semanas, puedes pasar a ejercicios más exigentes. Si estás entrenando para algún deporte, ya puedes comenzar con actividades específicas. Los ejercicios de técnica no deben ocupar más del 30 % de la sesión. El calentamiento y el enfriamiento son igual de importantes, o incluso más, a medida que tu caballo se fortalece.
Lleva un registro de las actividades de tu caballo, así como de sus signos vitales y su progreso. Según su evolución, puedes ir aumentando gradualmente la intensidad y la duración del entrenamiento. Eso sí, asegúrate de no aumentarlas ambas a la vez. El sobreentrenamiento puede provocar un bajo rendimiento y un mayor riesgo de enfermedades o lesiones.
La importancia del descanso y la recuperación
Darle a tu caballo el tiempo suficiente para descansar entre sesiones de monta es fundamental para el desarrollo muscular. Solo debes ejercitarlo de 3 a 4 días por semana. Es más efectivo realizar dos sesiones moderadas en un día, con tiempo de descanso entre ellas, que una sola sesión intensa.
Considera añadir un masaje post-entrenamiento a la rutina de acondicionamiento de tu caballo. Un masaje puede aumentar el flujo sanguíneo a los músculos, lo que favorece la recuperación y ayuda a reducir el dolor y la inflamación.
Un suplemento como Missing Link aporta nutrientes que favorecen la salud articular y los niveles de energía. Además, es una buena forma de aportar calorías adicionales y ayudar a reducir la inflamación para una recuperación más rápida entre sesiones de entrenamiento.