Controlar el dolor de su perro
En los últimos años, hemos tomado mayor conciencia de la susceptibilidad al dolor en los perros. El manejo del dolor se está convirtiendo en una práctica habitual en la medicina veterinaria, y muchas clínicas veterinarias estatales están implementando leyes sobre el manejo del dolor canino para orientar a los veterinarios. A veces, el dolor es temporal o agudo, mientras que en otros casos es persistente o crónico. El dolor agudo suele ser consecuencia de una cirugía o de un daño repentino en los músculos, los huesos o cualquier órgano principal del cuerpo del perro. La cirugía, los accidentes y la inflamación repentina de órganos son las causas más comunes de dolor agudo en perros. La enfermedad articular degenerativa y el cáncer son las causas más comunes de dolor crónico en perros.
Los signos de dolor en los perros pueden incluir cambios en el comportamiento, inquietud, jadeo excesivo, tendencia a esconderse, temblores, babeo, pérdida de apetito, abdomen contraído por el dolor, cojera y autolesiones. Los perros mayores con artrosis de columna, cadera o rodillas (articulaciones de las piernas, equivalentes a las rodillas en los humanos) pueden mostrar rigidez o dolor al saltar, o llorar al ser alzados.
Pruebe alternativas a los analgésicos
Algunos dueños de perros prefieren un enfoque natural para controlar el dolor en sus mascotas. Entre las alternativas comunes se incluyen las tabletas T-Relief, las tabletas Glyco-Flex II para perros y la corteza de sauce blanco. La acupuntura y/o la quiropráctica también proporcionan alivio del dolor para muchas afecciones. Los veterinarios homeópatas clásicos suelen prescribir remedios homeopáticos constitucionales individualizados para ayudar con el dolor crónico. La homeopatía constitucional consiste en la selección y administración de preparados homeopáticos durante un período de tiempo para el tratamiento de trastornos causados por una predisposición hereditaria a una enfermedad. Su objetivo es la curación definitiva, no solo la supresión o el alivio de los síntomas inmediatos. La fisioterapia también se ofrece cada vez más por los veterinarios para ayudar a controlar el dolor crónico. Las terapias homeopáticas funcionan estimulando el cuerpo del perro para que alivie su propio dolor.

Use los analgésicos recetados
Los medicamentos más comúnmente recetados para el dolor crónico en perros son los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como Rimadyl, Novox, Metacam y Previcox. Mientras que las terapias homeopáticas actúan estimulando el propio organismo del perro para aliviar el dolor de forma más natural, los AINE se diferencian en que son algo más potentes y actúan bloqueando las enzimas COX-1 y/o COX-2. Estos fármacos son muy eficaces para tratar el dolor crónico en perros y funcionan mejor cuando el dolor se debe a inflamación ósea o artritis. Se utilizan habitualmente tras la mayoría de las cirugías de tejidos blandos u ortopédicas, o para tratar mordeduras y lesiones traumáticas.

Tenga cuidado con los posibles efectos secundarios de los analgésicos.
Si bien la mayoría de los AINE más recientes son eficaces para tratar el dolor agudo y crónico, todos estos fármacos pueden producir efectos secundarios ocasionales, a veces graves, en su perro. Pueden presentarse trastornos digestivos en el estómago y el intestino delgado, que pueden provocar vómitos y diarrea, en ocasiones con sangre. También pueden observarse heces negras o alquitranadas, así como pérdida de apetito. Administrar los AINE a su perro con la comida y seguir las indicaciones de su veterinario puede ayudar a reducir estos efectos secundarios. La coagulación sanguínea también puede verse afectada, lo que puede provocar sangrado a través del tracto digestivo, urinario o cutáneo. Asimismo, puede producirse inflamación del hígado y los riñones. No administre AINE a su perro si está tomando ciertos medicamentos, como corticosteroides o fenobarbital para las convulsiones, ya que podrían aumentar las reacciones adversas. Es recomendable realizar un hemograma completo y un perfil bioquímico a todos los perros antes de iniciar un tratamiento corto con AINE para detectar cualquier afección médica preexistente, así como análisis de sangre periódicos a los perros que reciben tratamiento crónico para controlar cualquier efecto secundario.
Administrar suplementos hepáticos
Los perros que reciben tratamiento con AINE para el dolor agudo o crónico deben recibir suplementos para el hígado. Muchos de estos suplementos ayudan a aliviar la carga adicional que supone el metabolismo de estos medicamentos y protegen contra posibles daños hepáticos y efectos secundarios.
